Cuando decimos óperas nos estamos refiriendo al edificio donde se realiza la representación de cada ópera y donde se han escuchado las obras de Verdi, Mozart o Bach.... Son verdaderas joyas arquitectónicas que hacen que sólo por ellas valga la pena viajar a cada ciudad aunque normalmente el tener acceso a una entrada para una de ellas nos costará un buen pellizco.
En este caso se trata de una selección realizada desde liligo.es un buscador de vuelos baratos que podemos utilizar para viajar a cada ciudad.
Ópera Garnier de París
Para conocer el teatro de ópera más grande del mundo hay que volar a París, donde se encuentra la Ópera Garnier. Construida en la segunda mitad del siglo XIX, actualmente es uno de los edificios más representativos del IX Distrito de la capital francesa.Si tienes miedo de sufrir el síndrome de París, te aconsejamos que visites esta ópera: la belleza arquitectónica del edificio, sumado al lujoso interior, no te decepcionarán.
Teatro de La Scala de Milán
Inaugurado en 1778, la ópera de Milán es sin duda una de las de mayor renombre. Su estilo arquitectónico con forma de herradura se convirtió rápidamente en un ejemplo para teatros posteriores, como los de París, Viena o Londres.En esta ópera fueron estrenadas numerosas obras de autores tan famosos como Rossini, Verdi o Puccini.
Ópera Estatal de Viena
La Wiener Staatsoper fue inaugurada en 1869 con el Don Giovanni de Mozart, llegando a ser una de las instituciones culturales más prestigiosas de Austria.Después de haber sido destruida totalmente durante un bombardeo americano en 1945, fue reconstruida y reabierta diez años más tarde, siendo considerada actualmente como una de las mejores del mundo.
Ópera Semper de Dresde
Destruida varias veces, por un incendio en 1869 y posteriormente por los bombardeos de la II Guerra Mundial, fue reconstruida y reabierta en 1986.Conocida en alemán como Semperoper, es considerada una joya mundial de la arquitectura teatral, y ha albergado el estreno de algunas de las mejores óperas teatrales alemanas de Wagner y Strauss.
Casa de la Ópera de Sídney
Símbolo de la ciudad de Sídney y de toda Australia, la Sydney Opera House es ciertamente el más célebre teatro moderno del mundo, y una de las obras arquitectónicas más famosas del siglo XX.Sólo por poder conocer este impresionante edificio, el más moderno en recibir la distinción de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, vale la pena buscar un vuelo a Sídney.
Ópera Nacional de Hungría de Budapest
La Magyar Állami Operaház fue abierta en 1884 en pleno centro de Budapest. En la época del Imperio austrohúngaro, con el emperador Francisco José I y Sissí, esta ópera rivalizaba con la Wiener Staatsoper de la capital austriaca.Con un estilo neorrenacentista con elegantes elementos barrocos, se la considera como una de las óperas con mejor acústica del mundo.
Teatro Massimo de Palermo
El primer teatro de ópera de Italia y el tercero mayor de Europa, fue construido con un estilo neoclásico e inaugurado en 1897 con la ópera Falstaff de Verdi.Después de una larga época en desuso, fue reabierto en 1997. Como curiosidad, señalar que las últimas escenas de El Padrino III fueron rodadas en esta ópera.
Teatro de San Carlos de Nápoles
Inaugurada el 4 de noviembre de 1737, es la ópera en uso más antigua de todo el mundo, teniendo su época dorada en el siglo XIX con la presencia de Rossini o Verdi.A pesar de que a partir de entonces su fama empezó a decaer, esta ópera sigue siendo considerada como una de las más famosas del mundo.
Teatro Colón de Buenos Aires
Porque no todo en Argentina es tango. La ópera de Buenos Aires, la más famosa del continente americano, puede presumir también de ser considerada una de las 5 mejores del mundo, de acuerdo con una encuesta realizada a músicos, directores y público especializado.El 24 de mayo de 2010 fue reabierta después de un proceso de restauración y conservación de casi 4 años, que le devolvió su esplendor y brillo original sin alterar su excelente acústica.
Teatro Bolshói de Moscú
Para muchos el templo del ballet clásico mundial, el Teatro Bolshói hace honor a su nombre: Bolshói significa “grande” en ruso.Inaugurada en 1776, esta ópera es sede de la famosa compañía del Ballet Bolshói, una de las más antiguas de Rusa y seguramente la más famosa del mundo.
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