Aunque parezca que este tema se ha discutido mucho, aun hay muchas ideas falsas que flotan alrededor de esta persona realmente muy influyente. Por lo tanto, tiene sentido sacar a la luz algunos datos importantes acerca de Jesús que no son de conocimiento común.
Al contrario de lo que aprendemos en la escuela y en la iglesia, no hay ninguna evidencia de que Jesús hubiese nació el 25 de diciembre, o que recibió la visita de los tres reyes magos. Esta fecha coincide con varios días festivos en toda Europa, y probablemente estaba destinado a reemplazar el festival de Saturnalia romana. La biblia también dice que había un número indeterminado de hombres sabios que, después de haber visto la estrella del oriente, llegaron a adorarlo. Pero no hay ninguna mención en absoluto de que estos hombres eran reyes, o de su visita a Jesús en su nacimiento; se describe como el ingreso a la casa, en donde se encontraba con su madre, en lugar del establo en que nació. Lo más probable es que hayan sido astrólogos ya que parecían tener un buen ojo para los fenómenos astronómicos.
Aunque los evangelios canónicos son ampliamente aceptados como los evangelios más auténticos, es interesante recalcar que habían unos sesenta evangelios sobre la vida de Jesús, incluyendo los que retratan su vida como un joven muchacho. Los cuatro evangelios canónicos fueron escritos en algún momento entre el 70 y 110 D.C.; y de ellos, Marcos parece ser el más antiguo. Los otros tres hacen referencia a Marcos, así como una fuente desconocida llamada por los estudiosos como el evangelio Q. Durante el periodo del cristianismo temprano, era común que las personas adaptasen los evangelios a su propio entendimiento, y esto podría ser el origen de la gran mayoría de los evangelios no canónicos. De todos los evangelios, los cuatro canónicos son considerados los más históricamente exactos, apoyados por muchos académicos que confirman la autenticidad histórica del bautismo de Jesús, su prédica y su crucifixión.
Jesús dijo: “Bienaventurados los pobres, porque de ellos es el reino de Dios”; y; “Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados.” Pero nunca fue conocido por hacer realmente nada por los pobres o necesitados. En algún momento, el ofrece un almuerzo gratis para 5000 de sus seguidores, pero no podríamos considerar que es lo mismo. Incluso Judas, el traidor infame, una vez criticó a Jesús por no dar a los pobres. Esta aseveración podría estar vinculada a la filosofía cristiana de que la vida del prójimo es más importante que nuestra propia existencia, y que Jesús, por tanto, dio atención a las necesidades del alma más que las del cuerpo.
Frecuentemente retratado como una especie de hombre humilde, Jesús no era de hecho un asceta total. Incluso se sabía que llevaba dinero, como se implica en la última cena, en la que señala a Judas como traidor. Su manto debe haber sido costoso y muy bien hecho debido a que los romanos echaron suerte sobre él en su crucifixión. Pero si la escena fue tan sangrienta como se cree, tenemos que preguntarnos, ¿Quién se lo habría querido llevar después?
Hay un poco de información contradictoria aquí. Primero, considere el versículo de Colosenses 1 20: “Y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz, tanto en cuanto a las cosas que están en la tierra, y las cosas que están en el cielo.”
Pero, de acuerdo a Lucas 12:51. Jesús dijo: ¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino disensión. Y dice aun más claramente en Mateo 10:34: “No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada.”
Esto está en contraste con la profecía de Isaías 9:6 ‘Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.’
Jesús es mencionado muchas veces en el Corán como una figura santa importante. No necesariamente se presenta como el Mesías, pero el valor de sus enseñanzas son reconocidos, y se considera que es un mensajero de Allah. Frecuentemente se le menciona en relación con otros que se consideran como los patriarcas de los pueblos islámicos e israelitas como Abraham, Ismael y Jacob.
4.- Jesús era adorado por demonios
Se asume naturalmente que los ángeles adoran a Dios, y que los demonios al diablo, o eso al menos es lo que algunas bandas de Death Metal harían creer. Extrañamente, sin embargo, Jesús es aquel a quien los demonios parecen adorar. Esto queda claro en Marcos 5 y Marcos 1:27, en el que es adorado por una legión de demonios que han poseído a un hombre y con los que Jesús habla directamente.
Nadie sabe a ciencia cierta cómo lucia Jesús, pero la concepción popular de él ha supuesto una especie de hippie eurocéntrico, con sandalias y el cabello largo. Esto probablemente se deba a las obras de arte cristianas, que generalmente lo representaba con ojos azules y el cabello largo y rubio. En realidad el cabello largo no era exactamente una usanza común entre los judíos de la Jerusalén ocupada por los romanos en la época en que Jesús se decía que había vivido. Corintios 11:14 dice: ¿No os enseña la misma naturaleza que si el hombre tiene el cabello largo le es deshonra? Esto está de acuerdo con las costumbres que consideraban el cabello corto para los hombres y el cabello largo para las mujeres. Así que las imágenes de Jesús como un europeo con cabello largo y suelto pueden ser engañosas, pero al menos era bien parecido. ¿O no?
Contrariamente a la creencia popular, se puede especular que Jesús no era un Adonis basándonos en la profecía de Isaías 53:2 que dice así: “Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay belleza en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.” Así que es hora de considerar la atractiva imagen que se forma en nuestra mente cuando alguien dice: El rostro de Jesús.
Aquí hay un hecho que la mayoría de la gente no sabe. Jesús era judío de nacimiento y por religión, y por lo tanto tiene sentido que iba a recibir un nombre hebreo. Pero el nombre Jesús no es hebreo, ni siquiera arameo, que es la lengua que probablemente hablaba. De hecho, el nombre de Jesús es simplemente derivado de la aproximación griega de su nombre real. Sus apóstoles de habla griega probablemente eran incapaces de pronunciar su nombre hebreo que era Yehoshua o Yeshua. Cuando este nombre se traduce al español se convierte en Josué. Es interesante señalar que en el Corán se refieren a él cómo Isa.
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