Prohibiciones a mujeres en Afganistán

Lista de prohibiciones a las mujeres de Afganistán que realizamos a modo de denuncia y que con las que RAWA, la Asociación Revolucionaria de las Mujeres de Afganistán,  busca denunciar en su página web la situación de las mujeres en aquel país.

Es increíble que existan países en que esto pase a día de hoy.

1. Total y completa prohibición del trabajo femenino fuera de sus hogares; esto se aplica igualmente a profesoras, ingenieras y demás profesionales. Sólo unas cuantas doctoras y enfermeras tienen permitido trabajar en algunos hospitales en Kabul.

2. Prohibición a las mujeres de ser tratadas por doctores masculinos.

3. Obligación de todas y cada una de las mujeres para llevar un largo velo (burka), que les debe cubrir de la cabeza a los pies. Aquellas que no cubran sus tobillos serán azotadas en público; además quienes no vistan acorde a las reglas recibirán palizas, azotes y abusos verbales.

4. Lapidación pública contra las mujeres acusadas de mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio. ¿Sabías que un gran número de amantes son lapidados hasta la muerte bajo esta regla?

5. Se prohíbe completamente que las mujeres utilicen zapatos con tacones, o aquellos que puedan producir sonido al caminar, pues un varón nunca debe oír los pasos de una mujer.

6. Prohibición a las mujeres de llevar vestimentas de colores vistosos, pues en términos de los talibanes, se trata de “colores sexualmente atractivos”.

7. Todas las mujeres tienen prohibido asomarse a los balcones de sus casas; además todas las ventanas deben tener una opacidad obligatoria para que ellas no puedan ser vistas desde fuera de sus hogares.

8. ¿Sabías que en aquél país los autobuses se encuentran divididos en “solo para hombres” y “solo para mujeres”? Es por esto que las mujeres tienen prohibido viajar en el mismo autobús que los hombres.

9. Todas las mujeres tienen estrictamente prohibido el uso de cosméticos. A muchas féminas con las uñas pintadas les han sido amputados los dedos.

10. Se les prohíbe también el hablar o estrechar las manos a varones que no sean mahram, es decir, algún pariente cercano como padre, hermano o marido. Además de, por supuesto, la prohibición de reír en voz alta, pues ningún extraño debe oír la voz de una mujer.