Las Islas Cook poseen todo lo que el viajero necesita para unas vacaciones de ensueño, pero gran parte de su encanto radica también en todas aquellas cosas que no tiene. Como por ejemplo, estrés. ¡Un, dos, tres, responda otra vez!
Estrés – Entre sus playas de arena blanca, sus lagunas turquesa, sus cocoteros, sus hamacas y su rico fondo marino, no existe rinconcito alguno en el que pueda anidar el estrés. Las Islas Cook permiten desconectar de los quehaceres cotidianos como pocos lugares en el mundo permiten hacerlo. ¿Cómo no iba a ser así cuando estamos dejando la rutina a 12 husos horarios de nuestro refugio tropical?
Frío – Reconozcámoslo: nos encantan los lugares en los que el invierno no existe. Nos gusta imaginarnos tumbados sobre una playa paradisíaca un martes cualquiera del mes de febrero. Hazlo realidad en las Cook y sonríe para tus adentros al acordarte de tus allegados con bufanda y guantes allá, lejos, en la ciudad…
Atascos –En las Islas Cook existen coches y motos, pero no son abundantes, por lo que lo de encontrarse parado en medio de un atasco es de ciencia ficción es este delicioso rincón del mundo. ¡Si ni siquiera existen los semáforos!
Edificios altos – El skyline de Cook no está formado por empinados rascacielos, sino por el horizonte marino, suaves cimas volcánicas y el perfil de los cocoteros recortado sobre el cielo. Y es que aquí no existen edificios de más de dos plantas. Un lujo para la vista, que puede abrazar el infinito con la mirada.
Palafitos ni deportes acuáticos en las lagunas – Aunque este punto pueda parecer algo aguafiestas, se trata de una auténtica inversión para el presente y el futuro de las islas. Mantener virgen el entorno es fundamental para garantizar el reposo de todos los bañistas, así como para preservar el rico fondo marino.
Turismo de masas – Estamos ante el lugar ideal para aquellos que anhelan alejarse de las rutas turísticas más convencionales; un destino que, por bello y desconocido, acaba sorprendiendo y grabándose para siempre en la retina de cuantos viajeros se atrevan a dejarse engullir por sus encantos.
Visados y vacunas – Las Islas Cook son amigas de las cosas fáciles y sencillas. Por ello, teniendo un billete de ida y vuelta no hace falta visado para una estancia inferior a un mes. Así mismo, no se exige ninguna vacuna.
Comida rápida – Si eres adicto a las hamburguesas con doble de queso o a los cafés con topping de ciertas cadenas de comida rápida, un viaje a las Cook será la excusa ideal para olvidar los malos hábitos. Aquí el elemento básico de la cocina es el pescado, que puede degustarse asado, a la plancha, en sopas, guisos, marinado con jugo de limón o sazonado con leche de coco.
Animales peligrosos – Las Islas no disponen de animales peligrosos. Y es que los tiburones no pueden considerarse como tales… ¡La película de Spielberg ha hecho mucho daño a la fama de este elegante animal! Recientemente las Cook declararon 1.997.000 kilómetros cuadrados, un área del tamaño de México, como santuario de tiburones. De este modo, las islas han adoptado las normas de conservación de escualos más estrictas hasta la fecha.
Uniformidad en las monedas – En Islas Cook las monedas no son solo redondas. Las hay triangulares, en forma de dodecágono o simulando el tenue perfil de una flor. ¡Así hasta el ejercicio de pagar es un placer!
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